Sobre cómo es ser raptado por extraterrestres
Algunas palabras para el nuevo álbum Yin Yang de Losaquis
Después de saber que Lovecraft me
introdujo hacia los abismos demenciales de seres que parecen de otro mundo, que
estos se ocultan en las profundidades esperando el día para renacer y comenzar
con el fin de la humanidad; no vamos a empezar con cristianas formas de
redimirse, no iremos a salvar nuestro pellejo pensando en que así lo quiso la
divina providencia. Archivos que fueron desclasificados advierten que algo nos
observa, algo invade nuestros cielos, sobrevolándolos llenos de misterio, algo
a raptado a nuestros congéneres y han experimentado con ellos, su tecnología, sus
máquinas, todo para llevarla a un completo estudio musical sobre el concepto de
que más allá de las estrellas, algunos hasta más allá sus propias narices
(celebro ello), todo sea revelado. El sonido del universo debe optar, no por el
acallar de nuestro sentir, sin llegar a
menospreciar tampoco el código, el códice, el acertijo, la pregunta que
debería formularse para que en el ritmo de la existencia se manifieste en
respuestas sonoras.
Aunque las respuestas sean
dolorosas verdades que el subconsciente te advierte, el sueño persistirá en
superar la invasión, todo puede que colapse, me redimo en el caos, sucumbo al
horror de nuevo, pero ante ello, somos libres. No añores que las premisas que
viste en el firmamento se desplieguen cuasi alas, y caigan como mariposa en su
batalla final. “No podía ver la mañana”, no podía restituir mis lamentos en
visiones de un alentador futuro no muy lejano, aún sin estar preparados
coqueteamos con lo desconocido, nos seduce el secreto de todas las cosas, y en
la simpleza del movimiento, se gesta el nacimiento de todo; siendo que nos
gusta lo complicado, a las 3 a.m. o en cualquier momento de ese tick-tack, ese
mismo que nos va lacerando, la locura se parte en mil pedazos, y su condena como
alma en pena, será recogerse uno por uno hasta el final de los tiempos.
Duele solo existir, es natural
como el sol al arder en las planicies, como lluvia incesante de nostalgias,
como montaña de superaciones inútiles. Anestesiado, por la forma en cómo se
presenta la vida, un áureo respiro, un diástole y un sístole final en un deteriorado
hospital, un despertar seguro en un prado infinito, donde se extiende la
llanura, donde los ríos nacen y sus cauces bañan las alegres flores que desean
ser convertidas en humanos, pero terminan iluminando el encanto de la escena
que me dio el gusto de experimentar. Exaltado por el dominio de mis emociones,
salto la buhardilla de la inconciencia, me despliego en el asfalto sideral, y
voy tocando uno a uno los planetas, sacándolos de su órbita, las nebulosas me
envuelven con su manto hipnótico, y cualquiera con tres dedos de frente puede
asegurarse un puesto en el acabose.
Al final, como quitándose los
audífonos para escuchar el mundo exterior, como haberle puesto pausa a esa
verdad y darle play a la cotidianidad, me surgen algunas certezas, muchas dudas,
mientras me limpio un poco la ignorancia
de mi boca, me levanto y soy un punto en el desierto de miles de puntos, algo
me había sujetado, como una garra en una maquina gigante, algo nos sacaba del
cubo y veía nuestros progresos, examinaba muy minucioso, -aún no estamos
listos- recuerdo haber escuchado. Y aun así, las vibraciones quedan como
eslabones perdidos, encontrados en el cerebro universal ¿Quién lo apaga al
salir?
La abducción fue segura, solo
quedó el ritmo, la danza efímera, el regocijo del que halló una piedra preciosa
en medio de tantas baratijas. Losaquis
siguen allí, esperando el momento, para que se escuche el sonido tridimensional
de todos los tiempos, el bien y el mal juntándose para musicalizar los
cimientos que se levantan en las ruinas de una apocalíptica circunstancia. Que
no se pierda la señal, -tengo un codificador que enlaza lo mensajes encriptados
y los convierte en música-Dice alguien, mientras algo alejándose se despide de
ese universo abriendo un portal en donde salen por la bocinas de algún aparato,
hasta tropezar con circuitos mentales de cualquier incauto haciéndolo un ser
libre, que gusta de ser un melómano anónimo empedernido descubriéndose-descubriendo
nuevas melodías que la materia sigue trasformando.
Para escuchar todo el álbum:
En spotify:
https://open.spotify.com/album/6C8a2h3DK2Xru5ueg6vzSg?si=7m97yswzRZy4z9Pau1eKuw
Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=8JS14XPABIA&t=1074s&ab_channel=Losaquis
Por
Mario Bermúdez
Poeta abducido, Profesor de
Español montado en su ovni
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