El movimiento de una gota que cae en un vaso lleno.
Cárgate de rabia, cárgate que
nada te detendrá en ésta ya declarada guerra histórica, una guerra por ser lo
que queremos ser, no lo que toca ser, queremos lo que soñamos ser, no lo que nos
obligan a servir. Desde los confines de nuestros corazones encendidos a punta
de fuego hemos tenido en cuenta el miedo antes que el derecho a ser libres, a
responderle a la vida con nuestra propia vida, no con nuestra triste y
lamentable muerte. Supongo yo, que la guerra es una opción lamentable, una
guerra que no justifica que la muerte juegue y se divierta cargando cuanto muerto
pueda por el capricho del poder, del capricho de no ofrecer garantías de un
futuro que nos haga sentirnos plenos con cada paso; nada de regalos, esto es
una completa brecha instaurada de desigualdad, de favores concebidos para unos pocos
porque pagaron la oportunidad de estar, una garantizada boleta para lamentarla
toda su existencia, su video saldrá entre tantos, soy el que ha caído después de
que sus armas fueran accionadas a quemarropa, y sin hacer parte de la violencia
me responden mis dudas y mis inconformidades con violencia, y los demás, los que
ni pueden ofrecerse una sonrisa en el día de aliento para seguir; no alcanza
nada, todo es caro, morir es caro, vivir es mil veces morir, todos huyen, no me
siento protegido, me siento indignado, me siento herido, me ahogo, me asfixian,
por favor, no me disparen, no quiero morir así, creyendo que mi insatisfacción
accionará su revólver, creyendo que la reclamación de mis propios derechos
vulnerados pasaran tan rápido como una bala ¡Ya! ¡Ya basta!
Pero aquí estamos, dispuesto
a todo por lo que queremos, justificando sus acciones nos hemos visto como dóciles
liebres dispuestas a ser degolladas, tiernas ovejas guiadas al matadero, una
figura colgada, sometida para convertirla en un mártir, mientras que las velas
son encendidas, mientras los performances son asumidos, donde el teatro es
contundente golpe contra las columnas de lo establecido, todo arte es inútil se
piensa, pero en movimiento el arte es vital, es querer escuchar sus reacciones
como la respuesta que se quiere escuchar, que la desesperación carga nuestras
frustraciones, que ya sin dudarlo podríamos tirar la primera piedra por
diferenciarnos con el pecado y No con el rechazo a justificar lo podrido. Creen
que son soles que ni las manos juntas de una revolución a la que reclamaba
Gonzalo Arango taparían, su desfalco cometido a su propio ser trasgrede su espíritu
relacionado con la tierra que reclama justicia.
Cárgate de ganas, de furia,
de mal sabor de boca por tus propias satisfacciones, ya no hay duda del
desastre, no hay duda de desequilibrio, de un problema mental que escribe el
porvenir de sangre que es derramada por el gozo de creer en lo injustificable. Quien
está manchado de sangre es quien se queda callado ante el abuso.
Trabajar por vivir, vivir
para merecer la impotencia de un pueblo que reacciona mejor a su propia y lamentable
comedia. Merecer, es gritar, merecer es reaccionar, merecer es creer, merecer
es reformar, merecer es revolucionar el significado de la palabra Cambiar por Trasformar
y luego sabremos que nos tacharan, nos borraran, nos eliminaran por merecer mejor
vivir la paz que ahora a sangre y plomo nos hacen padecer.
Mario
Alberto Bermúdez Gómez
Poeta, Estudiante y en algún
sentido un triste pero sentido revolucionario.
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