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Es otra
manera de deambular por las callejuelas de la mente, será interrogar esos
errores y contarlos como un número olvidado de intentos, esos que nos atraviesa
con sus desiertos para que los deambulemos; somos otro esperpento rodante de
polvo que viaja a través de las ideas pérdidas para encontrarse. En la espesa
forma de las ideas, kilómetros de un ecosistema árido perpetúan la sensación de
haber perdido tanto tiempo pensándolas, crujientes, volátiles, burbujeantes,
son ese color llamativo en las paredes; alcanzas a dibujar en tu cabeza las
formas como realidades.
No es que
pueda matar mejor el tiempo, dioses lo han hecho para escribir en su destino
una historia por la que vivir, y contar después. ¿Todo se reduce a engañarnos?
Todo parece conducirse por los caminos turbios de la subjetividad que enloda la
razón de vivir como mejor nos parezca. La plena libertad es saber hasta dónde
nace la tiranía de los sujetos.
Es otra
manera de deambular, ahora estoy en el rincón, salgo al lado y lado con las
viejas sensaciones que pude reclamar para toda una vida, me la bebí toda; en
solo unos días ya no había nada, solo quedaban cunchos; los reúno como piezas de
una pared que cayó en el vacío del corazón de los déspotas. Ahora toda mi alma
se derrumba, hago una solo mezcla de distintos porcentajes, colores y sabores, para
detenerme en ese convertido trago, ese último trago que contiene el espíritu
perdido de una orgásmica forma de ser, verlo contra luz, dejarlo servido lejos
para contemplarlo, mientras lees, le echas una mirada y lo ves l e n t a m e n t
e, sin burbujas, lizo como las nubes que toqué de las verdades del tiempo.
Pienso que no existe tal trago, que la borrachera fue un sueño que vi en un
caleidoscopio, soy la mirada en un caleidoscopio, yo giro con el caleidoscopio,
soy un caleidoscopio.
Es otra
forma de deambular por las laderas del alma, reunirme con el hambre que nunca
nos falla, con la destreza de alimentar la locura para darle de coñazos a la
incomodidad de ser y moldearme, esculpirme, labrarme, el sentimiento de querer
llamarlo mío.
Mario Alberto Bermúdez Gomez
Poeta, estudiante, e imaginador de tiempo completo.
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