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Otra
vez, otro día que no estoy haciendo lo que tengo que hacer. Leerás en estas
líneas palabras que evocan imágenes absurdas o que has vivido, ¡Ey! Todo es
inútil. -Éste man que se hace llamar Mario es inútil. Este blog y lo que
contiene es inútil, las redes donde publicas irónicamente y de manera absurda
tu oscura e inútil forma de ser, también. Según el código te gustan ciertas
cosas, odias otras, no te aparecen opciones que quisieras conocer que no van
contigo. Ya te observaron, saben que sigues paginas clandestinas, o cursilerías
baratas, ah, he inútiles. Abres los ojos, te levantas, piensas en lo de ayer,
en lo de hoy, en lo de mañana, es inútil. Tus convicciones, tus credos, tus
pensamientos instaurados como programa de computadora, son inútiles. Tus ideas
que son copia de destinos que se cumplieron hace rato, son inútiles. El robo,
el grito y la risa malvada, son inútiles. Lo que sueñas, lo que proyectas, lo
que anhelas, es inútil. Amar, deteriorarse de la tristeza y resucitar después
de una traición, es inútil.
-Ayer
te vi, eras un sueño inútil, te vi pasar como brisa helada inútil en la
madrugada, me plantaste un profundo beso inútil y te vi alejarte volando por
mero gusto inútil. Así eres, una belleza inútil sobre la inmensidad inútil de
mi amor.
La
música inútil despierta tus sentidos inútiles. El musical, el canto de la
justicia y el juez corrupto inútil impartiendo con dineros sucios inútiles la
verdad inútil que lamentamos. La memoria inútil traza el camino inútil de lo
sagrado e inútil. Otra inutilidad dictará lo que con cifras inútiles fuimos. Es
la luz inútil de dios, con su santa e inútil presencia nos manipula inútilmente
frente a otras especies que siguen patrones inútiles. El dolor inútil querrá
alimentarse de nuestra carne inútil y se morirá inútilmente de hambre.
-Hoy
llegaste inútilmente, a mi corazón inútil, y lo hiciste palpitar frenéticamente
inútil. Dejaste tu aroma inútil, y yo deje flores y cantos inútiles para que te
dieran compañía inútilmente en tu cielo inútil. Desperté inútilmente sabiendo
que estarías ahí frágil e inútil para mí. Te di un abrazo inútil y te murmure:
te quiero, inútilmente.
El
show inútil me dejo dudar inútilmente de esta realidad inútil. La angustia
inútil escribió el camino inútil que todos andamos, no habrá escapatoria que no
sea inútil. Los recuerdos inútiles que nos hace no entrar en un declive inútil
emocional, me hace entender mi cordura inútil y mi inútil locura. Sabré que
todo lo que sé, es inútil, y que el ayer inútil no es nada con el inútil mañana
que se aproxima, que está aquí inútil. Todo ya paso inútilmente. Es un hecho
inútil que nadie refutaría inútilmente. Asuma su responsabilidad inútil. Lo que
tramas, lo que traman, lo que convierten en complot, lo que está dentro, lo que
está afuera, lo que siembras, lo que cosechas, lo que es historia, lo que se
escribe, lo que será, lo que no será, es inútil.
Y
desde el confín de algún universo paralelo inútil alguien se detendrá y hará
que el engranaje de su existencia valga la pena. Corregirá errores, fallas del
sistema, penurias perversas y estando confiado de su encuentro con la
felicidad, vendrá a él, como revelación, un sinsabor, algo amargo que nacerá de
su tranquilidad; en ella sentirá no poder completar su supuesta y satisfecha
vida, y teniendo la oportunidad se hundirá en la inutilidad de las esencias que
le rodean para buscar las respuestas inútiles del final sin dejar atrás lo inútil
del comienzo.
MARIO
ALBERTO BERMÚDEZ GOMEZ
Poeta,
Estudiante y ser inútil de las circunstancias existenciales universales.
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